Si Agustín Canapino todavía no puede creer que a los 21 años es el campeón más joven del Turismo Carretera, cuesta imaginarse lo que habrá pensado cuando vio ganar, en las 500 Millas de Daytona de la Sprint Cup de la NASCAR, sobre el terreno, al joven Trevor Bayne, ¡qué es menor que él!. Prácticamente desconocido, el piloto de Knoxville, Tennessee, ni siquiera se lo creyó cuando por radio le aseguraron que había ganado la carrera, por menos de dos décimas sobre el segundo, Carl Edwards y el tercero, David Gilliland. “¿Me están cargando?”, preguntó. Era la segunda carrera de Bayne en la Sprint Cup y la victoria llegó el día después de haber cumplido 20 años… Hubo 22 líderes a lo largo de las 208 vueltas –y Bayne solo lideró las últimas seis-, 74 cambios en la punta, un record de vuelta marcado a 318 km/h por Gilliland y un ganador inesperado. Los dueños del equipo vencedor, los hermanos Wood, son los mismo que en 1965 –casi medio siglo atrás- llevaron adelante los pit-stops del Lotus del escocés Jim Clark para ganar las 500 Millas de Indianápolis. Fue la quinta vez que los Wood Brothers ganaron las 500 y la primera en diez años. Bayne condujo un Ford Fusion en lo que fue la victoria 600ª de un auto de la marca en la serie mayor de la NASCAR. Además, zafó del accidente que, allá por la vuelta 29, involucró a cerca de 15 pilotos, incluido el quíntuple campeón Jimmie Johnson: