INTERNA

Por el equipo de VA

Si tenés más de 40 y todavía se te eriza la piel al recordar el cartel JONES-REUT, si tenés más de 30 y recordás con nostalgia la lucha sin cuartel entre Ayrton Senna y Alain Prost, si sos más joven pero no podés creer todavía como se enfrentaron Fernando Alonso y Lewis Hamilton en el seno de Mclaren, entonces preparate porque te espera un fin de año formidable. La interna del equipo RedBull entre Mark Webber y los que apoyan a Seb Vettel está candente y en ese furor podría dorarse hasta las cenizas las enormes chances que posee la escuadra de ganar su primer título mundial.

No te vamos a contar lo que ya sabés: el episodio del alerón delantero en la clasificación, la mala largada de Vettel y la victoria de Webber, el exabrupto del australiano tras la carrera. Preferimos contarte lo que no se sabe todavía: que uno de los datos que más incendió al presunto piloto número dos del equipo es la monstruosa cantidad de dinero que su joven maravilla compañero puede ganar en el futuro a partir de la utilización de material producido por el mismo australiano.

“No está mal para ser un segundo piloto” sentenció Webber tras su victoria en Silverstone, poniendo 3-2 el resultado interno. El exabrupto fue insólitamente criticado por algunos periodistas, bajo el argumento de que desemprolijaba la imagen del equipo: no se sabía que RedBull tenía abierta la inscripción para aspirantes a directores deportivos o managers de relaciones públicas... Esa declaración debió haber sido aplaudida por todos los seguidores de la Fórmula 1: sirvió para poner sobre el tapete el ambiente enrarecido que se vive en el equipo, y los periodistas, agradecidos por semejante boutade.

Después de lo que había dicho, Webber no se achicó: reveló que no solo el alerón delantero de su RB6 había ido a parar al coche de su compañero sino también “buena parte de la puesta a punto…”. El enojo del australiano reconoce raíces en esa evidencia: su experiencia está suministrando buena parte de la información que el equipo precisa para estar adelante, material que también es usufructuado por Vettel.

“He visto a muchos pilotos enojados este año, pero nunca a alguien tan furioso como Webber después de la clasificación- cuenta Andrew Benson, de la BBC, que estuvo en Silverstone- Esa emoción fue la semilla del resultado de la carrera”

“En el paseo de pilotos, previo a la largada, muchos colegas me ofrecieron sus alerones –confió Webber aludiendo a las bromas de los rivales- pero Seb no” concluyó, poniéndole otro clavo al ataúd en el que parece descansar la concordia que en RedBull comenzó a deshacerse en Turquía, seis semanas atrás.

Eso es lo que no esperaba Webber: que después de lo sucedido en Estambul, cuando trocó la pipa de la paz por el contrato que firmó para 2011, hubiera tan pronto señales evidentes de favoritismo para Vettel.

Al alemán no le hacen ningún favor. El nuevo alerón que Adrian Newey diseñó para lo que resta del torneo, reputadamente vale una décima de segundo por vuelta. Pero el mismo Webber reconoció que la diferencia, precisamente, de una décima entre la pole-position de Vettel y su propio registro, quizás no se debió a tal cosa. El alerón del coche de Vettel se aflojó en la práctica a causa de las ondulaciones del circuito.

Pero Newey insistió en que quería que el alemán lo llevara en clasificación. Christian Horner, el director deportivo, cedió. Una versión asegura que consultó a Dietrich Mateschitz, el propietario de la escuadra, vía Helmut Marko, el ex piloto de F-1 y asesor deportivo del magnate, también descubridor de Vettel. Como fuera, Horner cedió a la presión de Newey y le quitó el alerón al RB6 de Webber.

Como los autos permanecen en régimen de parque cerrado después de la clasificación, Vettel largó –espantosamente- el Grand Prix con el alerón novedoso; Webber, con el antiguo. La diferencia es apenas una aletita en los planos laterales, nada más. Pero semejante maniobra encendió el ánimo del australiano, que no le dejó espacio libre a su compañero en la primera curva. Allí se originó la pinchadura que mandó al alemán al fondo del pelotón.

“De haber sabido que iba a ser así, no habría renovado contrato” llegó a decir Webber. ¿De haber sabido cómo iban a tratarlo, o de haber sabido lo que RedBull piensa pagarle a Vettel para que se quede siete años más en el equipo, a salvo de las tentaciones de McLaren o Ferrari?


Webber quiere negociar ahora. Está en una posición relativa superior a la de su compañero. Logró más victorias, tiene más puntos, si se reitera una situación como la de la clasificación y el equipo siguiera la misma lógica declamada –favorecer al piloto que tiene más puntos en el torneo- cuenta con todo el derecho de reclamar para sí.

Especialmente porque el Grand Prix que viene es el de Alemania. ¿Sabías que en ese país las latitas de la bebida energizante están decoradas con la carita del rubión maravilla? Si no negocia ahora, en quince días puede ser tarde...

Periodistas alemanes que siguen a Vettel de cerca aseguran que el joven no es el mismo después del incidente de Turquía. Que quedó impresionado con la adhesión que recogió Webber (simpatías de hasta el 80 por ciento, como recordarás contamos en visionauto) y que siente que su victoria en Valencia quedó neutralizada por esta situación. Más aún: presienten que tanto favoritismo por parte del equipo podría estar perjudicándolo y agrandando más al rival. “Uno aprende a conocer mejor a la gente y ver su verdadero rostro” dijo Vettel el domingo, sin nombrar a nadie en particular: no era necesario. “Aprendí la lección, es tiempo de concentrarme en lo que yo hago”.