“No vamos a perder plata por hacer una carrera de TC 2000.” Terminante fue la sentencia de Romeo Pisano, presidente del Club de Volantes de Entrerrianos para explicar el fracaso de las negociaciones para que la categoría dirigida por Pablo Peón retorne a Paraná luego de dos años. Con más entusiasmo que expectativas los dirigentes entrerrianos habían encarado las negociaciones impulsados por los reclamos de su coprovincianos y las buenas actuaciones de Mariano Werner sobre el Toyota. “No hay peor gestión que la que no se hace” reflexionaron e iniciaron las conversaciones que tuvieron abrupto fin al conocer las exigencias económicas del TC 2000 en su nueva forma de acordar carreras con los clubes. “Fue una locura” dijo Pisano sin precisar cifras. Esa “locura” anduvo por los 600.000 pesos según informantes confiables.

“El TC 2000 piensa más en la parte comercial que en lo deportivo. Es lo contrario del TC, que primero te da la fecha y luego habla de plata. Lo mismo hace el Top Race V6. En cambio en el TC 2000 te hablan de números y recién después, si acordás, te dan la fecha… Esto no es lo mejor para los clubes, ni a lo que estamos acostumbrados…” explica Pisano en el relato de la diferencia de tratamiento que explica por qué el TC 2000 no tiene en cuenta a uno de los mejores circuitos del país mientras que para el TC y el Top Race, Paraná es una escala obligada en cada temporada. Y le queda algo por decir a Pisano. “Al TC 2000 lo salvamos varias veces en las época que lo presidían Raies y Crespo, pero ahora hay otra gente y por lo visto cada maestrito tienen su librito…” remata con el lamento que por ahora los entrerrianos sigan viendo de lejos al TC 2000.