UN PROFESIONAL COMO POCOS


Por Jorge Fernández Gentile (Diario Crónica, Jefatura de Deportes)


Hace más o menos una década, tuve la enorme fortuna de conocer a Víctor Carlos Ramón Tempo. Al "Flaco" Tempo, a secas, como le gustaba mucho más que lo llamaran. Por entonces, ese larguirucho santafesino de veintitantos años, recién llegado a Baires, se incorporaba al plantel de periodistas de Crónica como un muchacho de risa fácil, sincera, y muchas ganas de crecer. Soñaba con ser alguien en el periodismo deportivo, pero a costa de su talento natural y de aprender cuanto se le pusiera delante de sus ojos de una profesión tan linda como atrapante y sacrificada. Llegaba con sus enormes conocimientos del voleibol, su deporte preferido, pero también con sus comentarios sobre su Colón de Santa Fe querido, su incipiente pasión por los fierros y las motos. Su versatilidad para escribir de lo que fuera, siempre con coherencia, sin medias tintas, investigando, sin quedarse en el facilismo.

Siempre me cayó muy bien el Flaco, pero nuestra mancomunión, nuestros lazos, que sobrepasaron largamente lo laboral, se fortalecieron cuando ambos nos comprometimos con el proyecto del Suplemento Crónica TC, hoy está más vivo que nunca, en gran medida gracias a él. En el Flaco encontré en quién poder volcar mis conocimientos del periodismo de automovilismo deportivo que otro grande de verdad en esta profesión, Héctor Granato, me había enseñado años antes. El Flaco, profesional como pocos, enseguida agarró la onda e incluso mejoró notablemente algunas de mis innumerables falencias. Con la llegada de cargos, entre jefe y redactor jamás tuvimos una diferencia. Es más, fue siempre mi sostén en una dura tarea. Inclusive, siendo generoso cuando otro tipazo como Cristian Ré se sumó a nosotros para la cobertura automovilística, enseñándole él muchos secretos...

Tipo afable, divertido y hasta bromista en el grupo de trabajo, semanas atrás, preocupado por Colón, que venía a los tumbos, me pidió ir a verlo cuando jugara en Buenos Aires. Y la excusa llegó pronto... Cubrió All Boys 0, Colón 2, para placer propio, obviamente, y para despuntar el vicio, porque al día siguiente, se puso el buzo y el casco para escribir sobre autos en el Suple. Con la misma eficiencia de siempre.

Cuando en 2008 pasé un muy mal trago de salud, y mi vida corrió peligro, le pedí secretamente a Víctor que, si tenía que recordarme, lo hiciera por las cosas buenas que habré hecho en este mundo. Bromeando, me aseguró que me quedaba carretel para rato... Por eso, me parece mentira estar recordando al Flaco que ya nos dejó. Que en algo más de dos semanas se fue para siempre. Y mientras no paro de recibir mensajes de condolencias, y pienso en Sol, su mujer, en sus papás, en el dolor de todos quienes lo lloramos, hago un esfuerzo y pienso. Mejor, recordémoslo feliz, alegre. Seguramente él lo querría así. Aunque a mí, el pecho se me cierra y las lágrimas me impiden seguir escribiendo.

Por eso, chau, Flaco. Jamás te olvidaremos
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Foto: Carlos Varela
7/4/2011