EL JAPONES KAMUI KOBAYASHI, ESTRELLA POR UN DIA

Por el equipo vision el 6/28/2010 11:49:00 p. m.

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DE COCINAR SUSHI

A COMERSE

A ALONSO



Por el equipo VA

Generalmente, la estrella de la carrera es el piloto que gana, a veces el que sale segundo, en algún caso el que araña el podio, pero ¿el séptimo? El japonés Kamui Kobayashi (13 de setiembre de 1986. Amagasaki, Kyogo, Japón) se transformó en la vedette del último Grand Prix de Europa de Fórmula 1 al consumar el sorpasso de la competencia (en un circuito tachado de imposible para adelantar rivales) al dejar atrás nada menos que a Fernando Alonso y su Ferrari, ante el público que aplaudía a rabiar al asturiano… cuando Kamui pensaba que, a esta altura de la soiree, iba a estar cocinando sushi en el restaurante de su padre en Tokio.

Lo que pasó el domingo es más o menos conocido. El accidente de Mark Webber y Heikki Kovalainen obligó a la (pésima) salida del Safety Car, la grilla se disgregó y el japonés, que había largado 18º, de pronto quedó tercero y con una larga carrera por delante. Aprovechando que las gomas no se degradaban tanto en el circuito portuario de Valencia, Kobayashi resistió hasta el final, hizo su parada obligatoria a cuatro vueltas de la bandera a cuadros, volvió a la pista en el noveno lugar calzado con gomas blandas y después de amolar durante un par de vueltas al español (todavía molesto por lo sucedido con Lewis Hamilton y el Safety Car), lo superó con una maniobra brillante. Luego hizo lo propio con Sebastian Buemi en la última curva de la carrera.

“Sí, yo tenía mejor grip que cualquier otro rival –admitió Kamui tras la carrera- pero solo tuve cuatro vueltas para aprovecharlo. Además, era un riesgo pasar a Alonso y a Buemi. Si no hubiera salido bien y me hubiese estrellado, ¡habría estado verdaderamente en problemas!”.

Kobayashi sabe de qué habla: venía de golpearse contra el Muro de los Campeones en Canadá y cuando encaró a Peter Sauber para explicar lo sucedido, creyó que el suizo lo despedía del equipo. ¿Otra vez a cocinar sushi? En eso pensaba a fines de 2009 cuando Toyota dejó abruptamente la Fórmula 1 y su contrato pasó a valer menos que el kilo de papel en el que estaban escritos los más de 80 artículados. Solo la última soga que le tiró Sauber, invitándolo a subir a un equipo que estaba para el naufragio, impidió que su destino fuera ése: volver a cocinar en el restaurante de su padre.

A diferencia de otros japoneses que van a radicarse a Inglaterra para empezar a correr, Kamui se instaló, a los 17 años, en París: ya era amante de la buena cocina. De allí que su arranque no fuera la Fórmula 3 sino la F-Renault. En realidad, había empezado a los 9 años, manejando a escondidas el auto de la familia. Para impedir que lo rompiera (o que se golpease) su padre le compró un karting.

El pedigrí de Kobayashi no es espectacular, a decir verdad. Corrió 50 carreras de F-Renault entre 2004 y 2005, de las que ganó 14. Pero cuando pasó a F-3, entre 2006 y 2007 solo amasó una victoria en 43 competencias. Tampoco le fue mucho mejor en la GP2: 61 carreras entre 2008 y 2009, 5 victorias, 4 podios, 29 abandonos.

Pero Toyota le había echado el ojo, lo hizo debutar en F-1 en una sesión de viernes, durante el último GP de Japón reemplazado al engripado Timo Glock, y luego sorprendió en Interlagos, cuando resistió durante 20 vueltas el embate de Jenson Button (¡que corría para salir campeón!) y acabó noveno en su debut, y más tarde, en Abu Dhabi, cuando terminó sexto, delante de su coequiper Jarno Trulli y sumando puntos ¡en su segunda carrera en F-1!

Es cierto: Alonso tenía gomas duras y Kamui, blandas. Pero el propio Peter Sauber admitió (como leíste en visionauto) que el C29 es “realmente un mal auto”. ¿Compensa, no? Para los que resistieron la totalidad del GP de Europa, el cierre de pasión que nos regaló Kobayashi compensó sin duda los bostezos:

28/6/2010




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