Forma parte de un ballet que da exhibición dos veces por fin de semana de carreras, y que se ejercita decenas de ocasiones en los días previos: el cambio de neumáticos. El reglamento de la FIA GT1 estipula que entre los minutos 25 y 35 de cada competencia, los autos deben detenerse en boxes para cambiar de monta y renovar los cuatro cubiertas, que provee Michelin (a razón de cuatro juegos por fin de semana). Esa tarea solo pueden efectuarla dos mecánicos por auto (uno lleva la pistola neumática, provisto de un botellón de aire comprimido atado a la espalda, el otro es el que quita las gomas usadas y coloca las nuevas), que suelen tardar entre 22 y 24 segundos para llevarla a cabo de forma óptima.

La coordinación que ejercen los dos mecánicos lanzados a la frenética tarea es admirable, pero también precisan del apoyo de sus colegas, y allí entra en juego Elise. Es que el reglamento impide que, después del recambio, los mecánicos arrojen las gomas al piso del interior del box, lo que suele suceder cuando hay apuro y se lucha por ganar segundos vitales. Eso le sucedió al equipo Vitaphone Maserati en Interlagos cuando el auto del ex F-1 Enrique Bernoldi peleaba por la victoria. El mecánico tiró la goma al piso en lugar de apoyarla o depositarla en el suelo, y eso le valió una penalización (y el triunfo al brasileño).

¿Qué hace Elise? Paradita en la línea de acceso al box, recoge al vuelo los neumáticos que sus compañeros van cambiando y es la encargada de acomodarlos suavemente en el pavimento, junto a otro colega, mientras la danza del recambio avanza. Son ruedas de 18 pulgadas y pesan lo suyo. Por detalles como ése se ganan y se pierden carreras en este ambiente tan competitivo. Mirá si no: uno de los Aston Martin del Hexis ganó la carrera clasificatoria en San Luis con Frederic Makowiecki y Yann Clairay al volante.

Foto AIF

5/12/2010