El 25 de febrero de 1949, Oscar Gálvez ganó con su Alfa Romeo 308 en el circuito de Palermo. Hoy puede volver a organizarse una carrera de autos en la misma escenografía
CON LA CONCESION EN LA MIRA
Por P.V.
La ciudad de Buenos Aires acostumbraba a tener automovilismo en sus calles. De primer nivel, inclusive, con rigor de Campeonato del Mundo. Desde los primeros Grand Prix de Buenos Aires, en la Costanera Sur allá por 1936 o 1941, al circuito de Retiro, en el que Juan Manuel Fangio pudo mostrarse ante los pilotos extranjeros, el mítico trazado de Palermo, en el que Oscar Alfredo Gálvez superó a los ases europeos quitándoles el invicto en nuestro país, o el de la Costanera Norte, en el que José Froilán González y su Ferrari vencieron a los Mercedes Benz que corrían por primera vez después de la Segunda Guerra Mundial, allá por 1951.
Preámbulo de los 1.000 Kilómetros de Buenos Aires para el Campeonato Mundial de Marcas, con coches Sport y Gran Turismo (¡y una división para cupecitas de Turismo Carretera!) que usaban el Autódromo y parte de la General Paz hasta el Puente de la Noria o la Ricchieri, sin olvidar la edición de 1957, corrida íntegramente en la Costanera Norte.
Los pibes ahora se entrenan en simuladores pero se sorprenden si uno les cuenta que el TC arrancaba a fondo desde el edificio del ACA cada vez que había Gran Premio, o hacia el Sur cuando se corrían las Mil Millas. Hoy parece gracioso, pero largando rumbo a Caracas el Gran Premio de la América del Sur, Esteban Sokol chocó contra una columna de alumbrado a la altura del Monumento a los Españoles…
Ahora la onda callejera regresa. El jefe de Gabinete del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, ratificó –en la última carrera de TC en el Autódromo- la voluntad oficial de devolver el automovilismo a las calles de Buenos Aires, y mencionó como al pasar el drama legal vigente que impedía tal realización. Hasta ahora.
Medio siglo atrás, el automovilismo fue protagonista de trágicos sucesos cuando ponía proa a Buenos Aires. La última etapa del Gran Premio de Turismo Carretera, disputada el 11 de diciembre de 1960, partiendo desde Córdoba, con punto final en el Autódromo, dejó el luctuoso saldo de 15 muertos y al menos 29 heridos, en accidentes que se produjeron cuando las máquinas iban llegando a velocidad lanzada a las zonas pobladas circundantes a la Capital. Marcos Ciani y Plinio Rossetto protagonizaron algunos de esos accidentes, pero el que signó la suerte de las carreras en territorio público de la Capital fue el que tuvo como eje a Juan Carlos Navone en la rotonda de San Justo, cuando embistió a la marea humana a 150 km/h.
Dos semanas más tarde, el 29 de diciembre de ese año, se dictó la ordenanza municipal 17.348/60, publicada en el Boletín Municipal nº 7709, prohibiendo las carreras en el perímetro de la Capital Federal. Hoy se cumplen 50 años de esa ordenanza: por muy pocos días la prohibición no duró medio siglo…
Esa reglamentación vigente iba a ser ignorada por la administración Menem cuando surgió la intención de organizar un GP de Fórmula 1 en las calles de Palermo. No hubo necesidad: el proyecto naufragó oportunamente y en 1995 la F-1 volvió al Autódromo. Remodelado para la ocasión, una remodelación que, 15 años más tarde, es obsoleta.
En los últimos tiempos, el automovilismo ganó, a su manera, las calles céntricas. Con las exhibiciones en la 9 de Julio –la más popular fue la que realizó David Coulthard con un RedBull de F-1 en 2008-, el Gran Premio del Bicentenario o, en frasco chico, las carreras de karting del Masters de Pilotos.
Ahora, esa ordenanza pasó a la historia. El 14 de diciembre pasado, un proyecto de derogación presentado por el legislador porteño Fernando De Andreis, del PRO, fue aprobado en una dividida votación: 24 votos a favor, 15 en contra, nueve abstenciones. El legislador cumplió la promesa de Rodríguez Larreta.
Lo curioso es que los fundamentos del proyecto de derogación subrayaron la importancia de organizar en las calles porteñas… ¡una carrera de Fórmula 1! Entre los argumentos de la iniciativa, De Andreis destacó lo que significaría para los habitantes tal competencia y los réditos que significaría: “Se estima que durante los tres días que dura una de estas competencias podrían asistir 180.000 personas, de las cuales un 30 por ciento son mujeres y un 70 varones” afirmó el legislador.
Los fanáticos del automovilismo saben qué lejos está la Argentina de volver a tener una carrera de la máxima categoría, ahora que se alcanzó el tope (20 Grands Prix en 2011) y que el centro de gravedad se trasladó al Asia. Pero este De Andreis no es ningún advenedizo: es el hijo de Patricia Langan, la segunda mujer de Juan Manuel Bordeu, el ex campeón de TC y ahijado deportivo de Juan Manuel Fangio. Bordeu, fallecido 20 años atrás, adoptó a De Andreis, quien lo consideraba su padre. Ivonne Bordeu, hermanastra suya, fue la primera mujer de Mauricio Macri, el jefe de Gobierno porteño. Los memoriosos recuerdan que De Andreis corrió algunas carreras en la Fórmula Honda que dominaba el ascendente Christian Ledesma, década y media atrás.
El autódromo porteño, en la mira tras la derogación de la ordenanza
Ahora bien, antes de que se derogara la ordenanza, ¿no te llamó la atención que se insistiera tanto con una carrera callejera en Buenos Aires, o que el TC anunciara que no habrá Premio Coronación en el Autódromo en 2010? ¿No parecía todo demasiado casual?
Parece que ni el TC ni el TC2000 quisieran asegurarle el futuro a los concesionarios del Autódromo, que como leíste en visionauto anunciaron algunas obras para el verano, aunque avisaron que no van a repavimentar de forma completa el circuito nº 12, habitual en el TC y que el TC2000 usa para los 200 Kilómetros ya que prefiere la exigencia de los mixtos solo para estacionar motor-homes y autos. No querrán que nadie se duerma.
Pero, ¿y si lo que hubiera fuese un movimiento heterogéneo para intentar desestabilizar a los actuales locatarios del Autódromo? La concesión termina en 2020 y podemos asegurarte que al menos un presidente de una categoría importante piensa que habría que encontrar una solución drástica a esta cuestión.
La nueva legislación asegura que el Autódromo ya no es el único escenario en el que pueden llevarse a cabo carreras de velocidad en la Ciudad de Buenos Aires. Primer paso.
¿Qué es de la vida de…?
Aquel proyecto de Palermo lo capitaneaba como testaferro el ingeniero Luis Ruzzi, que revistaba en la Embajada Argentina en Roma. Ruzzi es hoy agente FIFA, y representa al goleador de la Lazio Mauro Zárate pese a que es hincha furioso de la Roma; hace unos años fue intermediario de una negociación para que Bernie Ecclestone y Flavio Briatore compraran el club de sus amores en 2007. Briatore le sopló la operación llevando a Bernie a adquirir entre ambos el Queen’s Park Rangers en Londres. La semana pasada, Bernie le compró sus acciones a Flavio y se quedó con el 81 por ciento del club, aunque no sueña con llevarlo a la Premier League. El argentino estuvo involucrado también en una movida para llevar la F-1 a un callejero en Mar del Plata cuando el intendente de Tigre, Sergio Massa, era jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner.
29/12/2010
Fotos: TC2000 y archivo.
Fotos: TC2000 y archivo.
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1 comentarios for this post
¡Qué buena nota, P.V.! Felicitaciones y gracias.
Ahora, con tanta controversia entre Gobiernos (que Tecnópolis no pero el Dakar sí, ej.)¿creés que alguna vez se llegará a correr en las calles?