RETRATO DE UN
EXITOSO FRACASADO
Si vos creés que los periodistas no se equivocan nunca, yo pienso que lo hacen muy a menudo. En general, y a lo largo de todas las épocas. Una muestra: lo que viene a continuación fue escrito por la desenfadada periodista estadounidense Janet Flanner para la revista New Yorker, desde París, en 1935. Tiene una pícara actualidad, seguilo:
“La reciente bancarrota y fallecimiento de André Citroën, el más importante fabricante de automóviles de Francia, puso punto final a una carrera sorprendentemente poco francesa. Antes de la guerra fue vendedor en una casa de motores que pronto fracasó; durante la guerra, fue el organizador del arsenal de Roanne; después de la guerra fue el padre del pequeño coche de cinco caballos que le dio fama internacional y más de mil millones de francos al años, Envió expediciones fotográficas al Asia y a Africa, mientras la publicidad escribía su nombre con luces en lo alto de la Torre Eiffel; construyó hermosas fábricas modelo con lugares de recreo y guarderías; creía en la producción masiva al estilo americano y murió sin un franco. En la última de sus frecuentes bancarrotas, el ansioso gobierno se hizo cargo de todo.
“Tenía una energía ilimitada, fue un megalómano y un gran bromista. Le encantaba pronunciar discursos en banquetes. Una vez pronunció uno en Londres en inglés, idioma que no hablaba; había hecho traducir sus palabras y memorizó el texto. Nadie entendió una palabra. Invariablemente se aprendía sus discursos en francés de memoria y luego jamás seguía el guión. Una vez iba a leer un discurso que iba a ser transmitido por radio a toda Francia (después de haber prometido seguir todo el texto) y dijo: “Oh, mejor contemos algunos chistes”. Y de inmediato lo sacaron del aire.
“Cuando cruzó la frontera española en un viaje en auto, lo paró un aduanero, quien le preguntó: “¿Nombre?” y él contestó “Citroen”. “No le he preguntado la marca del auto sino su nombre” dijo el oficial. “Oh” contestó el fabricante, “yo soy Citroen pero este es Hispano”. Y lo era.
“Era un hombre pequeño, agradable y sagaz, con encanto y capacidad de envolver a la gente y a los bancos con sus proyectos. Su error consistió en creer que París era Detroit y en afirmar con satisfacción en su lecho de muerte: “después de mi muerte, la casa Citroen caerá”. Había caído mucho antes. Para ser exacto, estuvo condenada a caer desde su concepción. Porque Francia no es los Estados Unidos”.
El sexto título consecutivo de Seb Loeb en el Mundial de Rally sugiere que Miss Flanner (1892-1978) cometió por lo menos el pecado de la audacia. Los periodistas deben cuidarse mucho más de lo que escriben cuando escriben lo que escriben, ¿no es cierto? Aunque el fundador de la empresa asegure que su marca está condenada a desaparecer…
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