Qué cosas que tiene el destino “O él o yo …”, emplazaron a Víctor Rosso de cara a la temporada 2010, José María López y Juan Manuel Silva, luego del Chacogate que puso al rojo vivo la interna en el equipo Honda de TC 2000, cuando Rosso le ordenó a Pechito cederle su puesto al Pato.
Finalmente no estará ninguno de los dos en esta renovada estructura, que en la próxima temporada presentara el equipo campeón con la única continuidad de Leonel Pernia y las casi seguras incorporaciones de Mariano Altuna, Agustín Canapino y Néstor Girolami.
Pareció desde aquellos dichos, que López era número puesto para buscar nuevos rumbos. Y así fue, aunque el futuro de Pechito oscila actualmente entre la Fórmula 1 y el equipo Ford . En cambio sorprendió que a esto se sumara el alejamiento o ¿el despido? de Silva. El mismo que con el aval de sus 12 temporadas continuadas con el equipo Honda, su director Rosso consideraba como, “del inventario…”. Pero como cantaba el grupo Almendra, en una de sus recordadas canciones de los 70, “todo tiene un final, todo termina…”.
Se termina entonces este fin de semana la relación Silva –Honda.
¿Qué y quién precipitaron el final de una alianza que parecía tan sólida ?..Cuentan que fue el propio Rosso, molesto en su orgullo por las conversaciones con los patrocinantes del equipo que a sus espaldas tuvo Silva, luego de la doble carrera en el callejero santafesino. A esto recurrió el chaqueño, enojado con el equipo porque el sorpresivo sobrepaso que Pechito le hizo en Santa Fe, quebrando supuestos acuerdos internos, no tuvo la misma reprimenda que en el Chaco. “No se respetan trayectorias”, refunfuñaba por esos días Silva decepcionado porque Rosso, no hubiese tomado alguna determinación. ¿No lo hizo por convicción, o porque ya por ese tiempo Vichin estaba embalado en el proyecto de llevar a Pechito a la Fórmula 1, y le cerraba que fuese el campeón de TC 2000.?



Coqueteó un poco Silva, poniendo en duda su continuidad con Honda pero con la intima convicción de recomponer la situación. No contaba con el enojo que se apoderó de Rosso, al enterarse tras las dos carreras en San Juan, de esas sigilosas visitas del Pato a su patrocinantes. Cuentan que el nivel de bronca de Rosso llegó a los insultos, cuando en esos primeros momentos tras la noticia, alguien le mencionaba al chaqueño. Estuvo más calmo pero firme cuando se reunieron. “Pato, podemos seguir comiendo juntos, hablando o siendo amigos, pero ésta no te la puede dejar pasar”, dicen que le dijo Rosso a Silva, en lo que fue su telegrama de despido del equipo. Pocos días después, se conoció el sorpresivo ingreso del chaqueño a Renault.
Un destino donde deberá convivir con alguien como Matías Rossi, que seguramente impondrá su antigüedad de dos años, y le hará sentir su tremenda competitividad. “Como ocurrió el año pasado cuando se fue del JP Racing del TC, Silva volvió a equivocarse al hablar de más”, se oyó en su entorno alertando sobre este nuevo paso del Pato que no dudan volvió a ser en falso.