MORIATIS, UN CAMPEON
A LA MEDIDA DEL TC
masebastian@visionauto.com.ar
Pasa a veces que cuando una más se cuida para conseguir una cosa menos la logra. Pasa también que a veces uno consigue cosas que, ni siquiera pensaba lograr.
Pasan esas cosas en la vida y por supuesto en el TC.
Pasó que José María López en la más tranquila y conservadora de las 42 carreras que corrió en el año, y cuando tenía todo controlado, vio patinar en esa mancha de aceite sus sueños de alcanzar la Triple Corona. Algo que no opaca todo lo bueno entregado durante el año. Pasó que ese Emanuel Moriatis que veía el título como una quimera y reconocía que “solo de culo” podía ser campeón, se llevó la corona más importante del automovilismo argentino. Merecido campeón porque ante las circunstancias, estuvo en el lugar justo y en el momento justo. Afortunado campeón también, pero, ¿qué campeón no tuvo a la buena suerte entre sus aliados?.
Casi todo el mundo del TC se alegró por este título de Moriatis.
Mucho más de lo que lo hubiera hecho con la Triple Corona de Pechito, más allá de la trascendencia que esto hubiera tenido. ¿Por qué? ¿Simplemente porque Moriatis es producto genuino del TC en el automovilismo nacional. Un dato que para el observador imparcial común no tendría importancia, pero que desde la cúpula de la categoría, importa y mucho.
No es Pechito un hombre de las filas del TC. Posee una imagen internacional que aún mantiene, pese a que hace tres años corre en Argentina. Incluso la imagen nacional podría emparentarse más con el TC 2000, la categoría donde recaló al llegar de Europa o tal vez con el Top Race, la especialidad donde según dijo el propio López “se siente más cómodo…”.
Por todo esto, le cayó justa al Turismo Carretera la figura de Emanuel Moriatis como sorpresivo campeón. Justa para atenuar la decepción o bronca que podría sentir el aficionado común ante la frustración de Pechito a la Triple Corona.. Porque frente a su sonrisa permanente, su extraversión y hasta su sinceridad para repetir una y mil veces que “salí campeón de culo”, y aclarar que “no fuí el verdugo de Pechito”, esa figura genera un aire de simpatía que lo hace casi inimputable. Algo que no hubiese ocurrido de haber caído el título en poder de Mariano Altuna, y mucho menos de Diego Aventin.
Tan bien cayó Moriatis campeón, que hasta alguno de sus rivales en pista lo festejaron, incluso con más efusividad que sus propios triunfos, como se vio con el radiante Juan Manuel Silva. ¿O con la excusa del titulo de Emmanuel, habrán festejado la derrota de Pechito?
24-12-09
Pasan esas cosas en la vida y por supuesto en el TC.
Foto AIF....................................................................................
Champagne para el campeon, Silva (mas que feliz por el logro de Emanuel)
y Ortelli, lo bañan a Moriatis
y Ortelli, lo bañan a Moriatis
Pasó que José María López en la más tranquila y conservadora de las 42 carreras que corrió en el año, y cuando tenía todo controlado, vio patinar en esa mancha de aceite sus sueños de alcanzar la Triple Corona. Algo que no opaca todo lo bueno entregado durante el año. Pasó que ese Emanuel Moriatis que veía el título como una quimera y reconocía que “solo de culo” podía ser campeón, se llevó la corona más importante del automovilismo argentino. Merecido campeón porque ante las circunstancias, estuvo en el lugar justo y en el momento justo. Afortunado campeón también, pero, ¿qué campeón no tuvo a la buena suerte entre sus aliados?.
Casi todo el mundo del TC se alegró por este título de Moriatis.
Mucho más de lo que lo hubiera hecho con la Triple Corona de Pechito, más allá de la trascendencia que esto hubiera tenido. ¿Por qué? ¿Simplemente porque Moriatis es producto genuino del TC en el automovilismo nacional. Un dato que para el observador imparcial común no tendría importancia, pero que desde la cúpula de la categoría, importa y mucho.
Foto AIF....................................................................................
No es Pechito un hombre de las filas del TC. Posee una imagen internacional que aún mantiene, pese a que hace tres años corre en Argentina. Incluso la imagen nacional podría emparentarse más con el TC 2000, la categoría donde recaló al llegar de Europa o tal vez con el Top Race, la especialidad donde según dijo el propio López “se siente más cómodo…”.
Por todo esto, le cayó justa al Turismo Carretera la figura de Emanuel Moriatis como sorpresivo campeón. Justa para atenuar la decepción o bronca que podría sentir el aficionado común ante la frustración de Pechito a la Triple Corona.. Porque frente a su sonrisa permanente, su extraversión y hasta su sinceridad para repetir una y mil veces que “salí campeón de culo”, y aclarar que “no fuí el verdugo de Pechito”, esa figura genera un aire de simpatía que lo hace casi inimputable. Algo que no hubiese ocurrido de haber caído el título en poder de Mariano Altuna, y mucho menos de Diego Aventin.
Foto AIF....................................................................................
Tan bien cayó Moriatis campeón, que hasta alguno de sus rivales en pista lo festejaron, incluso con más efusividad que sus propios triunfos, como se vio con el radiante Juan Manuel Silva. ¿O con la excusa del titulo de Emmanuel, habrán festejado la derrota de Pechito?
24-12-09
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