ESTA VEZ , PECHITO NO
ESTUVO TAN ACOMPAÑADO


Por el equipo de VA

Se sabe, las explicaciones de los fracasos tienen menos atractivos que los anuncios rimbombantes. Poner la cara sonriente para la foto es más tentador que ofrecer el rostro serio de las explicaciones ante los cachetazos de las críticas. No escapó a la regla el caso de José María López. A la hora de dar su versión sobre el fracaso de su ingreso a la Fórmula 1, Pechito tuvo a su lado menos gente que la que lo rodeó aquel eufórico lunes 25 de enero en la Casa de Gobierno cuando ya todos daban por seguro su ingreso a la Fórmula 1. De aquellos que estuvieron en la calurosa tarde porteña solo se vieron a su padre, al periodista-empresario Felipe Mc Gough y a Víctor Rosso, director del equipo Honda y amigo personal de la familia López. Nadie más..
Nadie esperaba ver a Ken Anderson y Peter Windsor, las caras visibles del US F1, pese a las promesas de que “irán a la Argentina a dar la cara y ofrecer todas las explicaciones” repetidas por el entorno de Pechito en el momento que el proyecto de la Fórmula 1 se derrumbó y lo ametrallaban las acusaciones. “Peter tuvo unos compromisos pero vendrá en algún momento...” explicó Felipe McGough con un argumento que ni el mismo creyó.
Tampoco sorprendió la ausencia de algún representante del gobierno. En busca de atenuar el contrapeso de la foto de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner con Peter Windsor, la presencia oficial fue una de las que primero se despegó del proyecto, apenas se conoció su lamentable final. Antes se apuraron en difundir que en el adelanto de 830.000 dólares girados al US F1 no hubo un solo dólar de aporte oficial. “Le correspondía en la segunda parte del proyecto” aclaró por su lado McGough antes de informar que “al gobierno le dimos todas las explicaciones...”
Otro faltazo previsto fue el de Alejandro Urtubey. Hubiese bueno verlo para saber si como se dice en el entorno de Pechito, el presidente del Top Race V6 se arrepintió de las duras criticas efectuadas contra ellos al conocer la dura realidad del fracaso del proyecto, o, si por el contrario, mantiene su enojo por el incierto futuro de los 180.000 dólares aportados y fundamentalmente por haber quedado tan descolocado con esta situación.
Extrañó, sí, no ver en la mesa a ningún representante del Automóvil Club Argentino, entidad, que como pocas veces antes se involucró en un proyecto de este tipo por intermedio de su presidente Jorge Rosales. Y extraño más porque la reunión fue en el propio ACA. Parece que el dueño de casa no quería saber nada con invitados que hasta hace poco apoyaba. Y tan poco quiso saber que ni siquiera le dejó las gaseosas y los sandwiches habituales en cada conferencia... Cuánto más rápido se fueran, mejor...

15/03/10