Williams ya no es lo que era. Hace tres décadas podían pelearse el campeón del mundo Alan Jones y el aspirante a campeón Carlos Reutemann. Un cuarto de siglo atrás se daba el lujo de tener como pilotos a Nigel Mansell y Nelson Piquet. En 1993 casi consigue tener en la misma formación a Alain Prost y Ayrton Senna. ¿Y ahora? Arma una dotación latina para 2011 porque la necesidad tiene cara de hereje.

La escuadra de Grove ganó 113 Grands Prix, pero no consigue uno desde 2004. Logró 9 títulos mundiales de Fórmula 1, pero no consigue el halago desde que se acercó Jacques Villeneuve en 1997. Y la espiral descendente no se detiene, porque la falta de resultados acelera la salida de sponsors, lo que deja al equipo falto de recursos: eso redunda en peores resultados. Un círculo vicioso del que es difícil emerger.

Mientras la torta se sigue achicando (el equipo marcha séptimo en el Mundial de Constructores), sus dueños, Frank Williams y Patrick Head hacen lo que pueden para mantenerlo en funcionamiento. A comienzos de año vendieron un porcentaje indeterminado de acciones al inversor austríaco Toto Wulff (se habló de entre 10 y 49 por ciento de los papeles) y ahora que termina la temporada 2010 enfrentan un problema aún mayor.

Tres de los cinco sponsors que bancaron la escuadra durante el Mundial terminan su contrato en diciembre: el Real Banco de Escocia (RBS), la electrónica anglo-holandesa Philips, y AirAsia, la aerolínea económica malaya propiedad de Tony Fernandes, el dueño de Lotus, que concentrará la sponsorización en el equipo que técnicamente dirige Mike Gascoyne. De manera que, por ahora, solo la telefónica AT&T y la financiera holandesa Randstad se mantendrán como auxilios económicos del equipo. Se calcula que el patrocinio que pierde Williams supera los 20 millones de dólares.

¿Qué hacer, se preguntaron Williams y Head? La que hacen los equipos del medio de la grilla hacia atrás. Vender una butaca. Rubens Barrichello cumplirá 39 años en 2011 y acometerá su vigésima temporada completa en la F-1, pero el equipo pretende retenerlo por su indudable experiencia. En cambio, aunque el campeón 2009 de la GP2, Nico Hulkenberg, no tuvo un mal año debut, pese a no haber brillado, Williams es de la idea de cambiarlo por el campeón 2010 de la GP2.

Entra Pastor Maldonado.

No es el hijo de Yoyo Maldonado ni argentino. El piloto venezolano de 25 años es el más ganador de la historia de la GP2, categoría en la que corrió en los últimos cuatro años. Suma diez victorias en la categoría y está más que listo para dar el salto. De hecho, el subcampeón de la GP2, el mexicano Sergio Pérez, ya firmó contrato con Sauber para ser el segundo volante de la escuadra en el 2011.

A Pastor, por supuesto, lo eligen por sus condiciones tanto como por los millones de Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA), la petrolera estatal de su país que antes apoyó a Ernesto José Viso en su intento de llegar a la F-1 (y lo sigue haciendo ahora que corre en IndyCar). Maldonado ya firmó contrato por un año con opción a un segundo, un acuerdo aceitado con petrodólares. Algunos medios venezolanos daban hoy por hecho el acuerdo y el piloto, que estaba en su país desde que ganó el campeonato, a mediados de setiembre, en Monza, viajó de repente rumbo a Inglaterra.




Cristina Fernández de Kirchner no pudo disfrutar de un piloto argentino en la Fórmula 1, un lujo que parece que el compañero bolivariano Hugo Chávez (en la foto, con Maldonado) podrá darse el próximo año.