(1)
¿ES EL MEJOR DE
TODOS LOS TIEMPOS?
Por C. S
Sebastien Loeb no cesa en su intento de agotar los elogios, acaba de coronarse campeón mundial de Rally por 7ª vez, lo hizo al ganar el Rally de Francia. Y como para que todo le resultara mas inolvidable aún, en la región que lo vio nacer, Alsacia.
El hombre récord del Rally Mundial, ¿será el mas grande de todos los tiempos?. ¿Vos que pensás?. Hace 15 años nomás, Loeb solo era un soñador, uno de los tantos que imaginaba tocar la cima en el Rally, especialidad que lo seducía luego que su padre se diera cuenta que no iba a poder torcer su vocación de corredor, cuando siendo chico pretendió llevarlo por el propio camino recorrido, el de la gimnasia artística.
Bastó que tuviera sus primeros dineros en el bolsillo, luego de eludir la universidad para hacer un curso de electricidad y encontrar trabajo, para comprarse el primer auto, un Renault GT Turbo Súper 5. De una empezó a acelerarlo a fondo, como habrá sido que las cubiertas le duraron apenas 2500 kms, cuando el promedio es de 30-40 mil kms usandolos con normalidad. Claro, con su carné para conducir en mano, debió afontar mas de una multa...
Los inicios fueron en competencias tipo slalom y en rally cortos en su zona. Luego intentó en varias Operación Triunfo de los rally en Francia, supervisados los eventos por el Grupo PSA Peugeot Citroen; sin embargo, las miradas no le apuntaron. Confiada, su gente, la de su ciudad, creyó en el y le brindaron la posibilidad de correr. No los defraudó, debutó y ganó!; mas tarde llegarían mas victorias que le sirvieron para recibir el premio de "Piloto Gran Promesa" por una revista especializada.
En 2000 salió campeón de Francia de Rally sobre tierra, desde ese entonces ya corriendo con Citroen; en 2001 entró al Mundial Junior en un programa paralelo al campeonato de Francia. Los éxitos continuaron: salió campeón en los dos certamenes. En 2002 ganó en Montecarlo, las figuras del momento sólo le vieron las luces de stop de los frenos, pero al cambiar el equipo las cubiertas en un lugar prohibido, se quedó con las manos vacías. La revancha llegó en Alemania, donde abrochó su primera victoria. Con Carlos Sainz y Colin McRae como compañeros de equipo, en 2003 completó la primera temporada completa que, no le deparó el título luego de superarlos, por la decisión del director del equipo Citroen (se llevó el campeonato de constructores con el modelo Xsara), Guy Frequelin, de no atacar a fondo para asegurarse el 2º puesto atrás de Petter Solberg. Lo que no lo dejaron lograr en 2003, lo obtuvo en 2004 y de ahí en mas, el Rally Mundial solo ha tenido un dueño.
¿Es el mas grande?, vale reiterar la pregunta. Sí puede asegurarse, que sus marcas difícilmente serán igualadas, el lugar en la historia ya lo tiene bien ganado. Los que gustan de los análisis, dirán que Loeb -como Michael Schumacher en Fórmula 1 ante también sus 7 títulos- no ha tenido enfrente a contrincantes de verdadero peso. Los Sainz, Kankkunen, Auriol, Blomqvist, Röhrl, Makkinen ya habían transitado por el Rally; tampoco hubo marcas con el potencial que mostró en forma continuada Citroen.
Ah!, dijo que se retiraba a fin de este año, pero después estiró el adiós para cuando culmine la temporada 2011.
DUEÑO DE TODO
Siempre navegado por Daniel Elena y al comando de un Citroen, Sebastien tiene esta tarjeta de presentación, mirá:
- Es el piloto con mas títulos del mundo ha ganado: 7.
- Es quien mas victorias logró: 60.
- Es el que alcanzó mas triunfos en una temporada: 10 en 2005.
- Es el que ganó en mas ocasiones un mismo Rally: 8 en Alemania.
- Es el único en vencer un rally marcando el mejor tiempo en todos los tramos especiales: Córcega 2005).
- Es quien triunfó en todos los rally corridos sobre asfalto desde 2006.
(2)
SIN TANTOS RIVALES
SE HACE MUCHO MAS FACIL
Por Pablo Vignone
-Hola, má. Hola, pá. ¿Cómo andan?
-Hola, Seb, ¡qué sorpresa! ¿Qué andás haciendo por acá?
-Estaba corriendo un poquito… Me quedaba cerca y pasé un ratito a saludar.
-¿Cómo anda Severine? ¿Y mi nieta Valentine?
-Bien, siempre atrás mío, como los rivales. Bueno, me alegro de haberlos visto bien.
-¿Ya te tenés que ir? Siempre tan apurado. ¿No tenés ni un minuto para probar este ratatouille delicioso?
-Me encantaría, má, pero tengo que entregar el auto a parque cerrado.
Lo sabemos: es una versión bastante libre de lo sucedido este domingo 3 de octubre en Haguenau, en la Alsacia histórica que, entre otros mitos, creó el de Bugatti casi un siglo atrás, y el de Sebastian Loeb en el siglo XXI. Es que parece un cuento de hadas. El más eximio piloto de rally arriba vencedor a su ciudad natal para llevarse, de rebote, su séptima corona mundial consecutiva, un hecho inédito en la historia del automovilismo. Porque Michael Schumacher también contó hasta siete en Fórmula 1 pero entre el dos y el tres tuvieron que pasar cinco años…
Desde el 14 de noviembre de 2004 hasta hoy ha sido el monarca ininterrumpido de la actividad. Las páginas deportivas nos recuerdan que el alsaciano ex gimnasta es el poseedor de un sinnúmero de records, como lo es aún Schumi en la F-1, aunque en su caso siempre en la misma familia, con el monegasco Daniel Elena como navegante y con Citroën como monta: ya los ha refrescado mi colega en la nota superior.
Los números son tan perfectos, uno supone, que la explicación tiene que estar en otro lado. Y claro: está.
Cuando iba por el tercer o cuarto título mundial, opinábamos que parte de la explicación era la endeblez de la oposición: a diferencia de otros grandes campeones de los ’80 o los ’90, Loeb solo competía contra el finlandés Marcus Gronholm (el segundo piloto más ganador de la historia, con 30 triunfos, la mitad que el francés) o el noruego Petter Solberg. Ahora, ni siquiera eso. Loeb le acaba de ganar el título a Sebastien Ogier, el piloto junior de la marca de les Deux Chevrons. Los dos pilotos del máximo rival de la marca, el equipo de Malcolm Wilson, Mirko Hirvonen y Jari-Matti Latvala no llenan el formulario de campeones –y no solamente porque Loeb los dejó una y otra vez sin títulos- mientras es menester recordar, de paso, que Dani Sordo, el coequiper de Loeb en el equipo Citroen desde hace ¡cuatro temporadas! no ha podido ganar un solo rally por el Mundial, ni aún en la época de espantosa sequía que el múltiple campeón vivió en la segunda mitad de 2009.
Un dato anexo que certifica lo expuesto. El Coyote Federico Villagra, que se lució cuando entró al WRC pero que hace rato que dejó de soñar con una carrera en el Mundial acorde a los sueños y en la misma liga que los Hirvonen & Latvala, solo compitió en siete de los once rallies disputados en 2010 por el Mundial, pero aún así ocupa la octava posición en el campeonato. Meritorio para Villagra, pero también indicativo de la fragilidad de la auténtica oposición que enfrentó Loeb para sellar tantas marcas abrumadoras.
¿Tiene el francés la culpa de no tener rivales dignos? ¡De ninguna manera! Sus logros, sus records son legítimos. Pero son la otra cara de la crisis que afecta al rally mundial desde hace tanto tiempo. Hace rato ya que solo Citroen y Ford compiten mano a mano por el Mundial, con escuderías oficiales, juniors y encubiertas para agrandar un poco las listas de partida, cada vez más flacas, en lo que alguna vez fue un rozagante World Rally Championship (WRC).
La estandarización de los formatos rallísticos redundó en un lento declive del Mundial; la idea de asemejar su estructura a la de la F-1 (pruebas más cortas, de viernes a domingo, solo de día), buscando la posibilidad de la televisación a cualquier costo, le acarreó al rally más perjuicios que bondades.
Que el Mundial de Rally está en decadencia lo sugiere la reducción de pruebas en el torneo: de las 16 que se corrían entre 2004 y 2007 se pasó a 15 en 2008 y 12 en 2009. Grandes épicas como Mónaco, San Remo o Portugal se disputan bajo la órbita de otros campeonatos como el IRC.
¿Disminuye en algo el mérito de Loeb? De alguna manera sí. No puede ponerse en duda su enorme capacidad, pero también es irrefutable el hecho de que las siete conquistas consecutivas se vieron favorecidas por la ausencia de rivales de fuste, tanto pilotos como marcas. Este WRC no es el de los Biasion, los Sainz, los Kankkunen, los Auriol, los McRae, los Makinen... Por supuesto que es materia opinable. ¿A vos qué te parece?
Fotos Citroen Comunicación
04-10-2010
¿ES EL MEJOR DE
TODOS LOS TIEMPOS?
Por C. S
Sebastien Loeb no cesa en su intento de agotar los elogios, acaba de coronarse campeón mundial de Rally por 7ª vez, lo hizo al ganar el Rally de Francia. Y como para que todo le resultara mas inolvidable aún, en la región que lo vio nacer, Alsacia.
El hombre récord del Rally Mundial, ¿será el mas grande de todos los tiempos?. ¿Vos que pensás?. Hace 15 años nomás, Loeb solo era un soñador, uno de los tantos que imaginaba tocar la cima en el Rally, especialidad que lo seducía luego que su padre se diera cuenta que no iba a poder torcer su vocación de corredor, cuando siendo chico pretendió llevarlo por el propio camino recorrido, el de la gimnasia artística.
Bastó que tuviera sus primeros dineros en el bolsillo, luego de eludir la universidad para hacer un curso de electricidad y encontrar trabajo, para comprarse el primer auto, un Renault GT Turbo Súper 5. De una empezó a acelerarlo a fondo, como habrá sido que las cubiertas le duraron apenas 2500 kms, cuando el promedio es de 30-40 mil kms usandolos con normalidad. Claro, con su carné para conducir en mano, debió afontar mas de una multa...
Los inicios fueron en competencias tipo slalom y en rally cortos en su zona. Luego intentó en varias Operación Triunfo de los rally en Francia, supervisados los eventos por el Grupo PSA Peugeot Citroen; sin embargo, las miradas no le apuntaron. Confiada, su gente, la de su ciudad, creyó en el y le brindaron la posibilidad de correr. No los defraudó, debutó y ganó!; mas tarde llegarían mas victorias que le sirvieron para recibir el premio de "Piloto Gran Promesa" por una revista especializada.
En 2000 salió campeón de Francia de Rally sobre tierra, desde ese entonces ya corriendo con Citroen; en 2001 entró al Mundial Junior en un programa paralelo al campeonato de Francia. Los éxitos continuaron: salió campeón en los dos certamenes. En 2002 ganó en Montecarlo, las figuras del momento sólo le vieron las luces de stop de los frenos, pero al cambiar el equipo las cubiertas en un lugar prohibido, se quedó con las manos vacías. La revancha llegó en Alemania, donde abrochó su primera victoria. Con Carlos Sainz y Colin McRae como compañeros de equipo, en 2003 completó la primera temporada completa que, no le deparó el título luego de superarlos, por la decisión del director del equipo Citroen (se llevó el campeonato de constructores con el modelo Xsara), Guy Frequelin, de no atacar a fondo para asegurarse el 2º puesto atrás de Petter Solberg. Lo que no lo dejaron lograr en 2003, lo obtuvo en 2004 y de ahí en mas, el Rally Mundial solo ha tenido un dueño.
¿Es el mas grande?, vale reiterar la pregunta. Sí puede asegurarse, que sus marcas difícilmente serán igualadas, el lugar en la historia ya lo tiene bien ganado. Los que gustan de los análisis, dirán que Loeb -como Michael Schumacher en Fórmula 1 ante también sus 7 títulos- no ha tenido enfrente a contrincantes de verdadero peso. Los Sainz, Kankkunen, Auriol, Blomqvist, Röhrl, Makkinen ya habían transitado por el Rally; tampoco hubo marcas con el potencial que mostró en forma continuada Citroen.
Ah!, dijo que se retiraba a fin de este año, pero después estiró el adiós para cuando culmine la temporada 2011.
DUEÑO DE TODO
Siempre navegado por Daniel Elena y al comando de un Citroen, Sebastien tiene esta tarjeta de presentación, mirá:
- Es el piloto con mas títulos del mundo ha ganado: 7.
- Es quien mas victorias logró: 60.
- Es el que alcanzó mas triunfos en una temporada: 10 en 2005.
- Es el que ganó en mas ocasiones un mismo Rally: 8 en Alemania.
- Es el único en vencer un rally marcando el mejor tiempo en todos los tramos especiales: Córcega 2005).
- Es quien triunfó en todos los rally corridos sobre asfalto desde 2006.
(2)
SIN TANTOS RIVALES
SE HACE MUCHO MAS FACIL
Por Pablo Vignone
-Hola, má. Hola, pá. ¿Cómo andan?
-Hola, Seb, ¡qué sorpresa! ¿Qué andás haciendo por acá?
-Estaba corriendo un poquito… Me quedaba cerca y pasé un ratito a saludar.
-¿Cómo anda Severine? ¿Y mi nieta Valentine?
-Bien, siempre atrás mío, como los rivales. Bueno, me alegro de haberlos visto bien.
-¿Ya te tenés que ir? Siempre tan apurado. ¿No tenés ni un minuto para probar este ratatouille delicioso?
-Me encantaría, má, pero tengo que entregar el auto a parque cerrado.
Lo sabemos: es una versión bastante libre de lo sucedido este domingo 3 de octubre en Haguenau, en la Alsacia histórica que, entre otros mitos, creó el de Bugatti casi un siglo atrás, y el de Sebastian Loeb en el siglo XXI. Es que parece un cuento de hadas. El más eximio piloto de rally arriba vencedor a su ciudad natal para llevarse, de rebote, su séptima corona mundial consecutiva, un hecho inédito en la historia del automovilismo. Porque Michael Schumacher también contó hasta siete en Fórmula 1 pero entre el dos y el tres tuvieron que pasar cinco años…
Desde el 14 de noviembre de 2004 hasta hoy ha sido el monarca ininterrumpido de la actividad. Las páginas deportivas nos recuerdan que el alsaciano ex gimnasta es el poseedor de un sinnúmero de records, como lo es aún Schumi en la F-1, aunque en su caso siempre en la misma familia, con el monegasco Daniel Elena como navegante y con Citroën como monta: ya los ha refrescado mi colega en la nota superior.
Los números son tan perfectos, uno supone, que la explicación tiene que estar en otro lado. Y claro: está.
Cuando iba por el tercer o cuarto título mundial, opinábamos que parte de la explicación era la endeblez de la oposición: a diferencia de otros grandes campeones de los ’80 o los ’90, Loeb solo competía contra el finlandés Marcus Gronholm (el segundo piloto más ganador de la historia, con 30 triunfos, la mitad que el francés) o el noruego Petter Solberg. Ahora, ni siquiera eso. Loeb le acaba de ganar el título a Sebastien Ogier, el piloto junior de la marca de les Deux Chevrons. Los dos pilotos del máximo rival de la marca, el equipo de Malcolm Wilson, Mirko Hirvonen y Jari-Matti Latvala no llenan el formulario de campeones –y no solamente porque Loeb los dejó una y otra vez sin títulos- mientras es menester recordar, de paso, que Dani Sordo, el coequiper de Loeb en el equipo Citroen desde hace ¡cuatro temporadas! no ha podido ganar un solo rally por el Mundial, ni aún en la época de espantosa sequía que el múltiple campeón vivió en la segunda mitad de 2009.
Un dato anexo que certifica lo expuesto. El Coyote Federico Villagra, que se lució cuando entró al WRC pero que hace rato que dejó de soñar con una carrera en el Mundial acorde a los sueños y en la misma liga que los Hirvonen & Latvala, solo compitió en siete de los once rallies disputados en 2010 por el Mundial, pero aún así ocupa la octava posición en el campeonato. Meritorio para Villagra, pero también indicativo de la fragilidad de la auténtica oposición que enfrentó Loeb para sellar tantas marcas abrumadoras.
¿Tiene el francés la culpa de no tener rivales dignos? ¡De ninguna manera! Sus logros, sus records son legítimos. Pero son la otra cara de la crisis que afecta al rally mundial desde hace tanto tiempo. Hace rato ya que solo Citroen y Ford compiten mano a mano por el Mundial, con escuderías oficiales, juniors y encubiertas para agrandar un poco las listas de partida, cada vez más flacas, en lo que alguna vez fue un rozagante World Rally Championship (WRC).
La estandarización de los formatos rallísticos redundó en un lento declive del Mundial; la idea de asemejar su estructura a la de la F-1 (pruebas más cortas, de viernes a domingo, solo de día), buscando la posibilidad de la televisación a cualquier costo, le acarreó al rally más perjuicios que bondades.
Que el Mundial de Rally está en decadencia lo sugiere la reducción de pruebas en el torneo: de las 16 que se corrían entre 2004 y 2007 se pasó a 15 en 2008 y 12 en 2009. Grandes épicas como Mónaco, San Remo o Portugal se disputan bajo la órbita de otros campeonatos como el IRC.
¿Disminuye en algo el mérito de Loeb? De alguna manera sí. No puede ponerse en duda su enorme capacidad, pero también es irrefutable el hecho de que las siete conquistas consecutivas se vieron favorecidas por la ausencia de rivales de fuste, tanto pilotos como marcas. Este WRC no es el de los Biasion, los Sainz, los Kankkunen, los Auriol, los McRae, los Makinen... Por supuesto que es materia opinable. ¿A vos qué te parece?
Fotos Citroen Comunicación
04-10-2010
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