En la era de la información, con Internet 2.0 como un integrante más de nuestras prácticas cotidianas, las noticias vuelan. En el caso particular del automovilismo, llegan a la bandera a cuadros con una velocidad que pasma. Y en el caso de la industria automotriz, donde la imaginación parece no tener límites y la avidez de los usuarios tampoco ante el auto, un verdadero objeto de culto, igual.

Tanto, que muchas veces cuesta diferenciarlas. Tanto, que en la mayoría de las ocasiones no es posible distinguir entre lo que una página en la web tiene de llamativo respecto a otra.

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